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La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ha incorporado en su archivo un trabajo del especialista Antonio Mendoza Fillola, a continuación ofrecemos la introducción y el enlace correspondiente para la lectura del mismo.
Función de la literatura infantil y juvenil en la formación de la competencia literaria © Antonio Mendoza Fillola (1) (Universidad de Barcelona)
Introducción:
El objetivo formativo de la lectura literaria es el desarrollo de la competencia literaria y de cada uno de sus componentes, entre los que destacan, a modo de bloques integrados, la competencia lectora y, particularmente, el intertexto del lector. La Literatura Infantil y Juvenil es un conjunto de producciones de signo artístico literario, de rasgos comunes y compartidos con otras producciones literarias -también con producciones de otros códigos semióticos- a las que se tiene acceso en tempranas etapas de formación lingüística y cultural. En este estudio, en el que se considera la función de las obras de la Literatura Infantil y Juvenil en la formación de la competencia literaria, hay que destacar que estas obras son las primeras manifestaciones (orales o escritas) estéticas y de creación a través del lenguaje desde las que el individuo accede a la cultura de su grupo y que son las mediadoras del primer encuentro del lector con el sistema semiótico de literatura. Consiguientemente, por la doble razón de que se trata de obras dotadas de una caracterización semiótica y por el pronto acceso que se tiene a ellas, puede decirse que son obras iniciáticas al mundo de la cultura literaria y a otros tipos de valores culturales. Las obras de la Literatura Infantil y Juvenil (en lo sucesivo, LIJ) tienen valor y entidad en sí mismas, son entidades semióticas de categoría estética y su funcionalidad no es necesariamente la de servir de vía secundaria de acceso a la «gran literatura»; más bien hay que destacar y matizar que sirven para formar al individuo como lector, en todo su valor, precisamente porque en estas obras las cualidades semióticas de la (gran) literatura ya está en ellas. Toda obra literaria prevé un lector implícito, es decir, un tipo de lector que se supone un destinatario capacitado para construir el significado y para reconocer las peculiaridades de los usos lingüístico y artístico desde la perspectiva estética. Las obras de la LIJ prevén también su particular lector implícito, según los intereses lectores y grado de desarrollo de las capacidades receptivas de niños y jóvenes (aspecto que, en ocasiones, ha sido utilizado para definirlas y diferenciarlas de otro tipo de producciones). La idea central de este estudio es matizar que la competencia literaria se forma a través de las múltiples actividades de lectura y que, a su vez, las funciones que la competencia literaria desempeña siempre potencian el desarrollo del proceso de recepción (oral o escrita) de cada obra o texto; en este proceso formador las obras de la LIJ desempeñan funciones formativas esenciales.
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(1) Licenciado en Filología Hispánica y en Historia del Arte Hispánico; Maestro de Primera Enseñanza; Doctor en Filología Hispánica y Catedrático de la Universidad de Barcelona (Área de Didáctica de la Lengua y la Literatura)

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