El juego de las formas
Anthony Browne
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Colección Los Especiales A la Orilla del Viento
México, 2004
Nº de
páginas: 32
Por Adriana Fragapane
Una obra autobiográfica…
Sin
dudas estamos frente a una obra autobiográfica, la cual acentúa el poder
comunicador de la imagen contagiando a los lectores la pasión del autor por la
pintura.
La
obra abre con la imagen del narrador: un actual dibujante, el ilustrador del
relato que leemos. Un recuerdo de su niñez: la visita familiar a un museo el
día de cumpleaños de su madre. Ella, nos dice el narrador “quería que fuéramos
a un lugar diferente”. Fue para entonces que el protagonista/autor descubrió
su vocación, su pasión por el dibujo “…
Ese día cambió mi vida para siempre…”.
La
página de inicio plasma las imágenes de los personajes de esta historia. En
cuadros prolijamente enmarcados aparece el padre, madre y Fernando, el hermano
de Jorge quien será el protagonista. La familia se dirige hacia el museo, todo
allí se presenta elocuente, aparecen dos duetos familiares. Divididos: la madre
encabeza la caminata inmediatamente seguida por Jorge (el
niño-narrador-ilustrador) y separados por un gran baldosín, le siguen el padre
y Fernando quien mira hacia atrás, sin interesarle el paseo. La disposición de
los personajes en primer plano caminando por una rivera se contrapone con el
espacio del otro lado de la ciudad con grandes edificios modernos, la antítesis
del presente (rascacielos) y del pasado (museo de arte). Aún en el mismo plano
la disposición de los personajes manifiesta las afinidades que unen a los personajes.
La madre y el niño-narrador llevan un paso firme, definido y claro hacia el
destino del arte, a diferencia del padre y de Fernando quienes expresan
desinterés (manos en bolsillos). Esta actitud se ve reflejada en el relato que
expresa Jorge: “…En la tele pasaban un partido importante, y por eso papá y
Fernando en realidad no querían venir”… Un sinfín de escenas se suceden,
simbólicas al deseo de cada uno de los actores, los comentarios y el
comportamiento de los mismos sostienen la dualidad de afinidades. Se revelan
relaciones entre la obra observada por el personaje y los sentimientos o
experiencias vividas. Tal la furia de Fernando ante el reto del guardia por sus
comentarios inapropiados y la imagen del cuadro de John Martin “El gran día de su
ira”. También está presente el relato dentro del relato. La madre les narra la
historia que se representa en el cuadro de Augustus Egg “Pasado y presente Núm.
1” en donde la historia de una infidelidad da quiebre a la tranquilidad
familiar, en esta obra de arte cada elemento tiene una razón de ser y se une al
todo, al tema. Nada en el cuadro está puesto al azar como sucede en este libro
álbum. A modo de parodia de juego de diferencias de revista infantil, la madre
guía al niño a analizar las diferencias entre dos obras que a primera vista
parecen idénticas.
Cuando
se relata el regreso de los integrantes hacia el hogar la madre les propone “el
juego de las formas”, les enseña a realizar un dibujo mediante una interesante
y solidaria dinámica colectiva. ¿Quieres saber de qué se trata? Te invitamos a
adentrarte en este libro, sin duda, motivador.
Es
valorable mencionar que la obra forma parte de la experiencia del escritor
cuando trabajó durante varios años en un proyecto con cientos de niños de
escuelas de zonas marginales, enseñándoles a leer y escribir, así pues a los
niños de todas esas escuelas, que "jugaron el juego de las formas
maravillosamente (como todos los niños)", asegura Browne, se debe –en gran
parte - este libro.
(*) Adriana Raquel Fragapane es profesora de
Filosofía y Letras, por la UNCuyo, trabaja en el Museo Fernando Fader de
Mendoza y realizó el curso en promoción de la lectura en la sede de EdeLij de
Mendoza.
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