Reseñas Lij

 

La marca en la tierra
Graciela Rendón
Ilustración de tapa: Mónica Weiss
Córdoba, 2008
Ed. Comunicarte
Colección: Veinte escalones (Nº11)
Nº de páginas: 188


Por Brenda Sánchez*

La marca en la tierra presenta algunos temas escasamente transitados en la literatura juvenil argentina: la cuestión del indio, el abandono materno. Rendón nos presenta la historia de Edelina, una niña mapuche que debe hacerse cargo de sus dos hermanitas y ayudar a su padre en el campo cuando su madre los deja.
El texto se asienta en la dicotomía nosotros/los otros y la historia se desarrolla en esta dialéctica. El hallazgo estilístico más certero de Rendón es la posibilidad de que los términos nosotros /los otros sean intercambiables gracias a la pluralidad de voces que toman la palabra en la narración. A veces nosotros somos Edelina, Aureliana y su mundo mapuche; y otras, somos las maestras, Indira y el mundo urbano. Al final, y como síntesis de este movimiento, se produce el encuentro de las esferas que parecían inconciliables en una pueblada que trasciende la historia personal de los personajes y se convierte en una reivindicación social, étnica, de clase y de género.
El gringo terrateniente también entra en escena -aunque como escenografía que esboza el problema de una Patagonia cada vez más en poder de capitales extranjeros sólo ocupados de la rentabilidad- y es siempre un “otro”.
El tema del indio está planteado sin estereotipos, por lo que la novela está lejos tanto de la concepción indigenista (centrada en la denuncia de las condiciones deplorables de vida de los aborígenes), como de la exaltación elegíaca de algunas vertientes regionalistas (que añoran el terruño perdido en un pasado feliz e irrecuperable).
Edelina es una adolescente que crece entre el mundo indígena-rural y el blanco-urbano y se debate entre la obediencia y la autodeterminación. Se plantea como contradicción del lugar de la mujer en su cultura, con el que no está de acuerdo y la posibilidad del desarraigo (como lo hizo su madre), que tampoco puede enfrentar todavía. Edelina se pregunta (y esa pregunta queda sin resolver, porque es nada menos que el proceso de autoconstrucción, los mecanismos que configuran la identidad) si ella puede romper con el mandato de sometimiento que pesa sobre las mujeres en su cultura, pero aún así, seguir siendo mapuche y llevar con orgullo su marca de la tierra.